Solo digo que una palabra seguramente se escribirá muchas veces hoy. Y esta es la nieve.
Anoche íbamos camino a casa desde la ciudad, cuando Adri me preguntó si vi lo que él vio. ¿Quiero decir? Copo de nieve cayendo sobre el parabrisas del coche. A partir de entonces, comenzaron a caer más y más copos de nieve continuamente. ooooh estaba tan feliz!
Estuvimos despiertos durante mucho tiempo por la noche, mirando afuera para ver si todavía estaba lloviendo... y sí, lo estaba. Y sigue lloviendo. La primera nevada suele ser bastante débil y sigue siendo así, pero cae constantemente y las palas de nieve ya están funcionando (deben estar muy contentas de poder ir a limpiar el sábado. Digamos que es la nieve que a todo el mundo le encanta en diciembre, ¿no?).
En definitiva, ya está aquí, ya llegó, ¡es diciembre y es fin de semana! Podemos dar un paseo feliz (¿no vamos felices de todos modos?), puedo tomar fotos del bosque nevado si quiero. Podemos beber vino caliente con un paisaje nevado (!-si no lo hubiera mencionado ya) de fondo y escuchar el silencio sordo.
Podemos hacer bolas de nieve, reírnos del pateo de Mimó, cuando por fin cae en la terraza cubierta... ¡la NIEVE!
Hace unos días me quejaba de que estamos en casa de vacaciones y no llueve, aunque lo pedí porque siempre llueve antes de Navidad y aquí está! Estoy terriblemente agradecida, gracias!
En Navidad, espero que aunque no haya nieve, al menos aguanieve y frío, para que el paisaje sea blanco...
Y ahora me toca despedirme, porque tenemos que ir a ver nieve, ir a la tienda y cocinar algo para el festival de la nieve (en fin, pero hoy lo hago con doble ilusión)!
Buen fin de semana, espero que el embajador de paz y tranquilidad llegue a todos lados...